
28 Sep Cambiar las punteras de los pies de gato.
¿Cuándo es necesario cambiar las punteras de los pies de gato.? En el resolado de este tipo de calzado, son demasiadas las ocasiones en que los usuarios desconocen la importancia de efectuar la reparación de sus suelas a tiempo.
Es por eso que recomiendo vigilar el desgaste de la suela pero también de las punteras. Si tu objetivo es mantener unos pies de gato durante varios resolados con la misma calidad y eficacia, te aconsejo anticipar el resolado del gato antes de tener que efectuar el refuerzo de dicha puntera producto de un desgaste excesivo de la suela, algún roto o agujero en esta.
De forma general, diferencio 3 casos en los que efectuar o no el refuerzo de la puntera, siempre y cuando sea primer resolado o antes hubiera sido resolado en mi taller. Si anteriores resolados no han sido realizados aquí, me inposibilita saber como está el estado del pie de gato interiormente. Pueden haber desperfectos imposibles de ver a simple vista producidos por un mal resolado anterior y saliendo a la luz al quitar la suela.
Vamos allá con los tres casos.
No es necesario cambiar las punteras.
Momento perfecto para resolar. Todavía queda suela. Con esto nos aseguramos que no necesitamos puntera debido a un desgaste excesivo o posibles roces con la roca.
Recomendable cambiar las punteras.
Desgaste excesivo de la suela. De esta forma estamos escalando directamente con la goma del pie de gato pero sin llegar a romperlo, ¿que ocurre en estos casos? siempre se le da la opción al cliente de decidir si sí, o no poner refuerzo, pero siempre se recomienda ponerlo debido a que las gomas que recubren el pie de gato suelen ser de 1,1mm y es prácticamente imposible saber el punto de desgaste de esta goma. ¿ que puede ocurrir si no se pone?
–Nada: el desgaste puede ser mínimo y el refuerzo no ser necesario ¡pero ojo! este desgaste es acumulativo, si en el primer resolado gastamos 0.2mm, al segundo otros 0.2mm y si sucesivamente llegará el día que la puntera se raje sin previo aviso.
–Que se rompa en el taller: Está la opción de comenzar el trabajo con una negativa del cliente (previo aviso de recomendar el uso de refuerzo) y debido al calor del lijado, el roce con el disco de pelo o directamente debido de la tensión de la nueva suela al colocarla, se rompa en el taller; en este caso el cliente acarreará con los gastos del desperfecto más la nueva reparación.
–Que se rompa escalando: muy parecida a la anterior, pero con la rotura fuera del taller. La goma del pie de gato puede tener el suficiente grosor para aguantar el proceso de resolado sin problemas pero no la tensión ejercida al escalar, por lo que al primer o segundo día rajará, en este caso se aconseja volver a resolar cuanto antes ya que un arreglo pequeño tiene mejor solución que uno más grande.
En estos casos se puede ver un desgaste excesivo de la suela marcado con bolígrafo pero sin llegar a la rotura
Cambiar las punteras.
Cuando se ha roto la goma del pie de gato, por pequeño que sea el desperfecto, es necesario un refuerzo para que la goma del pie de gato no siga rompiéndose y dependiendo de su tamaño así será el grosor del refuerzo, podríamos englobarlos en dos puntos:
-Normales: Solo se rompe la goma del pie de gato, independientemente del tamaño de esta, son reparaciones bastante fáciles y el grosor del refuerzo dependerá del tamaño de esta, variando de 0.4mm a 1mm aprox y obteniendo resultados estupendos.
-Grandes: Cuando además de la goma del pie de gato se rompe la lorica o piel de este, escalando literalmente con el dedo gordo. Estos casos son un poco más delicados y si se procediera a la reparación, el pie de gato no tendría garantía, debido a que la parte básica y específica del pie de gato para aguantar la tensión está rota. Se puede arreglar con un refuerzo bastante gordo (mas de 1.5mm normalmente) pero la goma no está diseñada para aguantar esa tensión por lo que además de no tener apenas tacto suelen romperse bastante a menudo.
Rotura de un pie de gato “normal”.
Como os comentábamos antes, hay veces que hay desperfectos casi imposibles de detectar a simple vista debido a resolados anteriores bastante “chapuzas”, en la mayoría de los casos los desperfectos son:
-Agujeros interiores por un exceso de lijado.
-Deformaciones de palmillas plásticas y despegues de laterales o centrales del pie de gato por haber utilizado demasiado calor ya sea en el proceso de lijado, en el horno o con pistola de calor.
-Falta de goma en los laterales del gato, incluso agujeros, debido a un exceso de lijado en el acabado final.
Por eso disponemos de dos tipos de refuerzo que serían:
–PUNTERAS: Las utilizamos para desperfectos relativamente normales, no superan los 8cm de longitud y suelen ser bastante finas
-BADANAS: Las utilizamos sobre todo cuando los desperfectos son bastante mayores, superan siempre los 8cm de longitud y algunos casos serían estos:
-Cuando el desgaste lateral de los pies de gato (debido a malos acabados finales) son bastante evidentes, antes de roturas mayores.
-Cuando un pie de gato ha tenido un total cambio en su horma por no usar los útiles necesarios, o usar punteras “in-side” sin tener los conocimientos necesarios para ello, usariamos las badanas para volver a colocar toda la estructura correctamente de nuevo.
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